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<title>Por qué el «código abierto» pierde de vista lo esencial del software libre -
Proyecto GNU - Free Software Foundation</title>

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<h2>Por qué el «código abierto» pierde de vista lo esencial del software libre</h2>

<address class="byline">por Richard Stallman</address>

<div class="article">

<blockquote class="comment"><p>
Las expresiones «software libre» y «código abierto» («<cite>open
source</cite>») se refieren aproximadamente al mismo conjunto de
programas. No obstante, al basarse en valores diferentes, lo que dicen
acerca de esos programas es muy distinto. El movimiento del software libre
defiende la libertad de los usuarios de ordenadores, es un movimiento en pro
de la libertad y la justicia. La idea del código abierto, por el contrario,
valora principalmente las ventajas prácticas y no defiende principios. Esta
es la razón por la que estamos en desacuerdo con la campaña del código
abierto y no empleamos esa expresión.
</p></blockquote>

<p>Cuando decimos que el software es «libre», nos referimos a que respeta <a
href="/philosophy/free-sw.html">las libertades esenciales del usuario</a>:
la libertad de ejecutarlo, estudiarlo y modificarlo, y de distribuir copias
con o sin modificaciones. Es una cuestión de libertad y no de precio, por lo
tanto pensemos en «libertad de expresión», no en «barra libre». <sup><a
href="#TransNote1" id="TransNote1Home">[1]</a></sup></p>

<p>Estas libertades son de vital importancia. Son esenciales no solo para el
usuario individual sino para la sociedad entera, ya que promueven la
solidaridad social: compartir y cooperar. La importancia de estas libertades
se incrementa a medida que nuestra cultura y nuestras actividades cotidianas
se ven cada más más ligadas al mundo digital. En un mundo de sonidos,
imágenes y palabras digitales, el software libre se vuelve cada vez más
esencial para la libertad en general.</p>

<p>En la actualidad, decenas de millones de personas alrededor del mundo
utilizan software libre. Escuelas públicas de algunas regiones de India y
España enseñan a todo el alumnado a utilizar el <a
href="/gnu/linux-and-gnu.html">sistema operativo libre GNU/Linux</a>. Sin
embargo, la mayoría de estos usuarios nunca han oído hablar de las razones
éticas por las cuales desarrollamos este sistema y construimos la comunidad
del software libre, ya que hoy en día suele referirse a este sistema y a
esta comunidad como de «código abierto», atribuyéndoseles una filosofía
diferente que rara vez menciona esas libertades.</p>

<p>El movimiento del software libre trabaja por la libertad de los usuarios de
ordenadores desde 1983. En 1984 iniciamos el desarrollo del sistema
operativo libre GNU para poder evitar los sistemas operativos que no son
libres y niegan la libertad a los usuarios. Durante los años ochenta
desarrollamos la mayor parte de los componentes esenciales del sistema GNU y
concebimos la <a href="/licenses/gpl.html">Licencia Pública General de
GNU</a> (<abbr title="/GNU General Public License">GNU GPL</abbr>) para
publicarlos bajo la misma, pues está diseñada específicamente para proteger
la libertad de todos los usuarios de un programa.</p>

<p>Sin embargo, no todos los usuarios y programadores de software libre estaban
de acuerdo con los objetivos del movimiento del software libre. En 1998, una
parte de la comunidad del software libre se escindió y empezó a abogar por
el «<cite>open source</cite>» (código abierto). La expresión se propuso
originalmente para evitar una posible malinterpretación del término
«<cite>free software</cite>» <sup><a href="#TransNote2"
id="TransNote2Home">[2]</a></sup> (software libre), pero pronto quedó
asociada a posiciones filosóficas bien diferentes de las del movimiento del
software libre.</p>

<p>Algunos de los defensores del «código abierto» consideraban este término
como una «campaña publicitaria en pro del software libre» orientada a atraer
a los ejecutivos de las empresas enfatizando los beneficios prácticos, sin
mencionar conceptos de lo que es correcto o incorrecto, que quizá los
empresarios no desearan oír. Otros rechazaban rotundamente los valores
éticos y sociales del software libre. Fueran cuales fueran sus puntos de
vista, cuando hacían campaña por el «código abierto» no mencionaban ni
abogaban por esos valores. La expresión «código abierto» se vio rápidamente
asociada con ideas y argumentaciones basadas únicamente en valores de orden
práctico, tales como desarrollar y disponer de un software potente y
fiable. La mayoría de los partidarios del «código abierto» se sumaron a esa
campaña después de entonces y hacen la misma asociación de conceptos. La
mayoría de los debates del «código abierto» no prestan atención a lo que es
correcto o incorrecto, sino solo a la popularidad y al éxito. Este es un <a
href="http://www.linuxinsider.com/story/Open-Source-Is-Woven-Into-the-Latest-Hottest-Trends-78937.html">ejemplo
típico</a>. Existe una minoría de partidarios del código abierto que hoy en
día sí mencionan que la libertad forma parte del asunto, pero no son muy
visibles entre los muchos que no lo hacen.</p>

<p>Ambos describen casi la misma categoría de software, pero representan puntos
de vista basados en valores fundamentalmente diferentes. Para el movimiento
del software libre, el software libre es un imperativo ético: el respeto
fundamental de la libertad de los usuarios. La filosofía del código abierto,
en cambio, plantea las cuestiones en términos de cómo «mejorar» el software,
en un sentido meramente práctico. Sostiene que el software privativo es una
solución deficiente para los problemas prácticos que hay que resolver.</p>

<p>Para el movimiento del software libre, sin embargo, el software que no es
libre es un problema social y la solución consiste en dejar de usarlo,
migrar al software libre.</p>

<p>«Software libre», «código abierto»... Si es el mismo software (<a
href="/philosophy/free-open-overlap.html">o casi</a>), ¿acaso importa el
nombre? Sí, porque palabras diferentes expresan ideas diferentes. Aunque un
programa libre dará hoy la misma libertad se llame como se llame, instaurar
la libertad de manera perdurable depende sobre todo de enseñar a las
personas a valorarla. Si queremos contribuir a ello, es esencial que
utilicemos la expresión «software libre».</p>

<p>Nosotros, en el movimiento del software libre, no vemos a los partidarios
del código abierto como enemigos; el enemigo es el software privativo, el
que no es libre. Pero queremos que la gente sepa que defendemos la libertad,
así que no aceptamos que se nos catalogue como defensores del código
abierto. Lo que nosotros defendemos no es el «código abierto», y lo que
rechazamos no es el «código cerrado». Para dejar esto claro evitamos
utilizar estos términos.
</p>

<h3>Diferencias prácticas entre software libre y código abierto</h3>

<p>En la práctica, el código abierto tiene criterios menos estrictos que los
del software libre. Que sepamos, todo el código fuente existente del
software libre publicado se podría considerar de código abierto. Y casi todo
el software de código abierto es software libre, pero hay algunas
excepciones. En primer lugar, algunas licencias de código abierto son
demasiado restrictivas, por lo que no se las puede considerar licencias
libres. Por ejemplo, «Open Watcom» no es libre porque su licencia no permite
hacer versiones modificadas y utilizarlas de forma privada. Afortunadamente,
son muy pocos los programas que llevan tales licencias.</p>

<p>En segundo lugar, cuando el código fuente de un programa tiene una licencia
débil, una licencia sin copyleft, sus ejecutables pueden tener condiciones
adicionales que no son libres. <a
href="https://code.visualstudio.com/License/">Microsoft hace esto con Visual
Studio</a>, por ejemplo.</p>

<p>Si estos ejecutables se corresponden totalmente con los archivos fuente
publicados, serán de código abierto, pero no software libre. No obstante, en
ese caso los usuarios pueden compilar el código fuente para crear y
distribuir ejecutables libres.</p>

<p>Por último, y lo que es más importante en la práctica, muchos productos que
contienen ordenadores verifican las firmas de sus programas ejecutables para
impedir que los usuarios instalen ejecutables diferentes; solo una compañía
tiene el privilegio de elaborar ejecutables que funcionen en el dispositivo
y de acceder a todas las prestaciones del mismo. A estos dispositivos los
llamamos «tiranos» y la práctica se denomina «tivoización», por referencia
al producto (Tivo) en el que se utilizó por primera vez. Aun cuando el
ejecutable esté hecho a partir de código fuente libre, y nominalmente tenga
una licencia libre, los usuarios no pueden ejecutar versiones modificadas,
de modo que el ejecutable no es de hecho libre.</p>

<p>Muchos productos de Android contienen ejecutables de Linux
<em>tivoizados</em> que no son libres, aun cuando su código fuente está bajo
la GPL de GNU, versión 2. Concebimos la versión 3 de la GPL de GNU para
prohibir esta práctica.</p>

<p>Los criterios del código abierto solo atienden a la licencia del código
fuente. De modo que esos ejecutables privativos, cuando están hechos a
partir de un código fuente como Linux, que es de código abierto y libre, son
de código abierto pero no son libres.</p>

<h3>Errores frecuentes sobre el significado de «software libre» y «código
abierto»</h3>

<p>La expresión «<cite>free software</cite>» es fácilmente malinterpretable. El
significado no intencionado de «software que se puede obtener sin costo
alguno» se ajusta a ella tanto como el significado con el que la empleamos:
«software que otorga al usuario ciertas libertades». Abordamos este problema
publicando la definición de software libre, y diciendo: «Piense en libertad
de expresión, no en barra libre». Pero no es una solución perfecta, no
elimina completamente el problema. Un término correcto e inequívoco sería
mejor, si no presentase otros problemas.</p>

<p>Lamentablemente, todas las alternativas en inglés presentan algún
problema. Hemos analizado muchas alternativas que nos han sugerido, pero
ninguna es tan claramente «correcta» como para adoptarla. Por ejemplo, en
ciertos contextos se puede usar la palabra española y francesa «libre», pero
en India no la reconocerán en absoluto. Todas las alternativas propuestas
para «software libre» tienen algún tipo de problema semántico, incluso
«software de código abierto».</p>

<p>La <a href="https://opensource.org/osd">definición oficial de «software de
código abierto»</a> (publicada por la <cite>Open Source Initiative</cite> y
demasiado larga como para citarla aquí)­ procede indirectamente de nuestros
criterios para el software libre. No es la misma, es un poco más laxa en
algunos aspectos. No obstante, dicha definición concuerda con la nuestra en
la mayoría de los casos.</p>

<p>Sin embargo, el significado obvio de la expresión «software de código
abierto», y que es también el que al parecer la mayoría de la gente le
atribuye, es: «Puedes mirar el código fuente». Ese es un criterio mucho más
débil que la definición de software libre, y también mucho más débil que la
definición oficial de código abierto. Incluye muchos programas que no son
libres ni de código abierto.</p>

<p>Puesto que el significado obvio de la expresión «código abierto» no es el
que sus defensores quieren darle, la consecuencia es que la mayoría la
interpreta erróneamente. Según el escritor Neal Stephenson, «Linux es
software de &lsquo;código abierto&rsquo;, lo que significa simplemente que
cualquiera puede obtener copias de los archivos del código fuente». No creo
que su intención haya sido rechazar o cuestionar deliberadamente la
definición oficial. Pienso que obtuvo ese significado simplemente al aplicar
las convenciones del idioma inglés. El <a
href="https://web.archive.org/web/20001011193422/http://da.state.ks.us/ITEC/TechArchPt6ver80.pdf">Estado
de Kansas</a> publicó una definición similar: «Utilicen software de código
abierto (<abbr title="Open Source Software">OSS</abbr>). OSS es el software
cuyo código fuente está disponible pública y libremente, aunque los términos
específicos de la licencia pueden variar con respecto a lo que se permite
hacer con el código».</p>

<p>El <cite>New York Times</cite> publicó <a
href="http://www.nytimes.com/external/gigaom/2009/02/07/07gigaom-the-brave-new-world-of-open-source-game-design-37415.html">un
artículo que ampliaba el significado del término</a> para referirse a las
pruebas de los programas beta por parte de los usuarios (se permite a unos
cuantos usuarios probar una versión inicial para que den su opinión de forma
confidencial), algo que los programadores de software privativo han hecho
durante décadas.</p>

<p>El término se ha ampliado para incluir los diseños de máquinas <a
href="http://www.theguardian.com/sustainable-business/2015/aug/27/texas-teenager-water-purifier-toxic-e-waste-pollution">publicados
sin patente</a>. Los diseños de máquinas libres de patentes son una loable
contribución a la sociedad, pero la expresión «código fuente» no es
aplicable a ellos.</p>

<p>Los partidarios del código abierto intentan evitar este problema apelando a
su definición oficial, pero ese método correctivo es menos efectivo para
ellos que para nosotros. El término «software libre» tiene dos significados
naturales, uno de los cuales es el que le damos, de manera que una persona
que ha comprendido la idea de «libertad de expresión, no barra libre» no
volverá a equivocarse. Sin embargo, «código abierto» tiene un único
significado natural, y ese significado es diferente del que sus partidarios
pretenden darle. De modo que no hay forma de explicar y justificar su
definición oficial de manera concisa. Eso crea aún más confusión.</p>

<p>Otra interpretación equivocada de «código abierto» es pensar que significa
«no usar la GPL de GNU». Suele venir acompañada de otra idea equivocada, la
de que «software libre» equivale a «software que está bajo la GPL de
GNU». Ambas interpretaciones son erróneas, ya que la GPL de GNU se considera
una licencia de código abierto, y la mayoría de las licencias de código
abierto se consideran licencias de software libre. Existen muchas otras <a
href="/licenses/license-list.html">licencias de software libre</a>, además
de la GPL de GNU.</p>

<p>El término «código abierto» se ha extendido aún más debido a que se aplica a
otras áreas tales como el gobierno, la educación y la ciencia, todos campos
en los que no existe nada que se parezca al código fuente, y donde los
criterios aplicables a las licencias de software no son pertinentes. Lo
único que estas actividades tienen en común es que de alguna manera se
invita a la gente a participar. Estiran tanto el término que ya no significa
más que «participación» o «transparencia», o aún menos que eso. Lo peor es
que se ha convertido en una <a
href="http://www.nytimes.com/2013/03/17/opinion/sunday/morozov-open-and-closed.html">hueca
expresión de moda</a>.</p>

<h3>Valores diferentes pueden llevar a conclusiones similares, pero no siempre</h3>

<p>Los grupos radicales de los años sesenta tenían fama de estar muy divididos:
algunas organizaciones se dividían debido a desacuerdos sobre detalles de
estrategia, y los dos grupos resultantes se trataban como enemigos a pesar
de tener metas y valores fundamentales similares. La derecha se aprovechó de
esto y lo utilizó para criticar a la izquierda en general.</p>

<p>Hay quienes intentan desacreditar al movimiento de software libre
equiparando nuestro desacuerdo con el código abierto con los desacuerdos
entre aquellos grupos radicales. Lo entienden al revés. Estamos en
desacuerdo con el código abierto en lo que respecta a los objetivos y
valores fundamentales, pero su perspectiva y la nuestra nos lleva en muchos
casos a actuar de la misma manera; por ejemplo, a programar software libre.</p>

<p>En consecuencia, personas del movimiento del software libre y del ámbito del
código abierto a menudo trabajan conjuntamente en proyectos prácticos tales
como el desarrollo de software. Es de destacar que posiciones filosóficas
tan distintas puedan tan a menudo motivar a personas diferentes a participar
en los mismos proyectos. Sin embargo, hay situaciones en las que estos
puntos de vista fundamentalmente distintos nos llevan a actuar de manera muy
diferente.</p>

<p>La idea del código abierto es que al permitir a los usuarios modificar y
redistribuir el software se obtienen programas más potentes y fiables. Pero
no hay ninguna garantía de que esto sea así. Los programadores de software
privativo no son necesariamente incompetentes. A veces producen algún
programa potente y fiable, aun sin respetar la libertad de los usuarios. La
reacción de los activistas del software libre y de los partidarios del
código abierto frente a esa situación será muy diferente.</p>

<p>Un entusiasta puro del código abierto, uno que no esté influenciado para
nada por los ideales del software libre, dirá: «Me sorprende que ustedes
hayan logrado que su programa funcione tan bien sin haber utilizado nuestro
modelo de desarrollo, pero lo lograron. ¿Cómo puedo obtener una copia?» Esta
actitud premia planteamientos que nos quitan la libertad y nos lleva a
perderla.</p>

<p>El activista del software libre dirá: «Su programa es muy atractivo, pero
valoro más mi libertad, así que lo rechazo. Haré mi trabajo de alguna otra
manera y apoyaré un proyecto para el desarrollo de un reemplazo libre». Si
valoramos nuestra libertad, podemos hacer algo para conservarla y
defenderla.</p>

<h3>El software potente y fiable puede ser malo</h3>

<p>Nuestro deseo de que el software sea potente y fiable es consecuencia del
supuesto de que el software está diseñado para servir a los usuario. Si es
potente y fiable, les servirá mejor.</p>

<p>Pero solo se puede decir que el software está al servicio de los usuarios si
respeta su libertad. ¿Qué sucede si el software está diseñado para
encadenarlos? En ese caso, la potencia significa que las cadenas son más
restrictivas, y la fiabilidad, que son más difíciles de
quitar. Funcionalidades perversas tales como el espionaje de los usuarios,
las restricciones, las puertas traseras y las actualizaciones impuestas son
frecuentes en el software privativo, y algunos defensores del código abierto
se proponen hacer lo mismo en programas de código abierto.</p>

<p>Debido a la presión de las compañías discográficas y cinematográficas, el
software que se pone a disposición de los usuarios está diseñado para
ponerles cada vez más trabas. Esta característica perversa se conoce como
«gestión digital de restricciones» <abbr title="Digital Restrictions
Management">DRM</abbr> (véase <a
href="http://defectivebydesign.org/">DefectiveByDesign.org</a>), y en su
espíritu es la antítesis de la libertad que el software libre busca
proporcionar. Y no solo en espíritu. Puesto que el objetivo del DRM es
pisotear nuestra libertad, quienes lo desarrollan tratan de que nos resulte
difícil, imposible, o que incluso sea ilegal modificar los programas que
implementan el DRM.</p>

<p>Con todo, algunos partidarios del código abierto han propuesto software con
«DRM de código abierto». La idea es que, publicando el código fuente de los
programas diseñados para restringir el acceso a los datos cifrados y
permitiendo que otros lo modifiquen, se obtendrá software más potente y
fiable para restringir a usuarios como nosotros. Luego, el software se nos
entregará en dispositivos que no nos permitirán modificarlo.</p>

<p>Aunque ese software sea de código abierto y utilice el modelo de desarrollo
del código abierto, no será software libre ya que no respetará la libertad
de los usuarios que lo ejecutan. El modelo de desarrollo del código abierto
será aún peor si logra que ese software sea más potente y fiable para
restringir al usuario.</p>

<h3>Miedo de la libertad</h3>

<p>Al comienzo, la principal motivación de quienes decidieron escindirse del
movimiento del software libre para formar el grupo del código abierto fue
que los planteamientos éticos del «software libre» incomodaban a muchas
personas. Es cierto. Plantear cuestiones éticas como el tema de la libertad,
hablar de responsabilidades y no solo de comodidad, es pedir a la gente que
se cuestione cosas que quizá prefieran ignorar; por ejemplo, preguntarse si
nuestra conducta es ética. Esto puede generar malestar y algunos pueden
optar simplemente por ignorar estas cuestiones. Pero esto no quiere decir
que tengamos que dejar de hablar de ello.</p>

<p>Sin embargo, eso es lo que decidieron hacer los líderes del «código
abierto». Pensaron que omitiendo hablar de ética y de libertad, mencionando
únicamente los beneficios prácticos inmediatos de cierto tipo de software
libre, podrían «vender» el software más fácilmente a ciertos usuarios,
especialmente a las empresas.</p>

<p>Cuando los defensores del código abierto mencionan algo más profundo,
normalmente es la idea de hacer un «regalo» de código fuente a la
humanidad. Presentar esto como un hecho especialmente bueno, como algo que
va más allá de lo moralmente exigible, es asumir que distribuir software
privativo sin código fuente es moralmente legítimo.</p>

<p>Tal enfoque se ha demostrado eficiente, en sus propios términos. La retórica
del código abierto ha convencido a muchas empresas y particulares a usar e
incluso desarrollar software libre, lo cual ha ampliado nuestra comunidad,
pero solamente a un nivel práctico y superficial. La filosofía del código
abierto, con sus valores puramente prácticos, impide la comprensión de las
ideas más profundas del software libre. Trae a muchas personas a nuestra
comunidad, pero no les enseña cómo defenderla. Eso es bueno, hasta cierto
punto, pero no es suficiente para asegurar la libertad. Atraer usuarios al
software libre es el primer paso del camino a recorrer para convertirse en
defensores de su propia libertad.</p>

<p>Tarde o temprano estos usuarios se verán tentados a volver al software
privativo por alguna ventaja práctica. Son innumerables las compañías que
tratan de tentarlos de esa manera, algunas incluso ofreciendo copias
gratuitas. ¿Por qué lo rechazarían los usuarios? Solo lo harán si han
aprendido a valorar la libertad que el software libre les brinda, a valorar
la libertad en y por sí misma, antes que la conveniencia técnica y práctica
de algún software libre en particular. Para difundir esta idea, tenemos que
hablar de libertad. Cierta dosis de «guardar silencio» en el trato con las
empresas puede resultar útil para la comunidad, pero es peligroso si se
vuelve tan frecuente que el amor a la libertad llega a parecer una
excentricidad.</p>

<p>Esa peligrosa situación es justamente la que se da en la actualidad. Muchas
personas implicadas en el software libre, especialmente quienes lo
distribuyen, hablan poco de la libertad; normalmente porque tratan de ser
«más aceptables para las empresas». Casi todas las distribuciones del
sistema operativo GNU/Linux añaden paquetes privativos al sistema básico
libre, y con ello invitan a los usuarios a considerar esto como una ventaja
en lugar de un defecto.</p>

<p>Los complementos de software privativos y las distribuciones GNU/Linux solo
parcialmente libres encuentran terreno fértil porque gran parte de nuestra
comunidad no insiste en la libertad del software. Esto no es una
coincidencia. La mayor parte de los usuarios de GNU/Linux llegaron al
sistema a través del debate en torno al «código abierto», en el cual no se
menciona la libertad como una meta. Las prácticas que no salvaguardan la
libertad y los discursos que no hablan de libertad van de la mano,
reforzándose mutuamente. Para superar esta tendencia tenemos que hablar más
de libertad, no menos.</p>

<h3>«FLOSS» y «FOSS»</h3>

<p> Los términos «<abbr lang="en" title="Free/Libre and Open Source
Software">FLOSS</abbr>» y «<abbr lang="en" title="Free and Open Source
Software">FOSS</abbr>» se utilizan para ser <a
href="/philosophy/floss-and-foss.html">neutrales ante el software libre y el
código abierto</a>. Si la neutralidad es el objetivo, «FLOSS» es el mejor de
los dos, ya que es verdaderamente neutral. Pero si lo que se desea es
defender la libertad, utilizar un término neutral no es la manera de
hacerlo. Defender la libertad implica mostrar a los demás que se está a
favor de la libertad.</p>

<h3>Rivalidad en términos de popularidad</h3>

<p>Los términos «libre» y «abierto» rivalizan por la popularidad. Las
expresiones «software libre» y «código abierto» reflejan ideas diferentes,
pero en la visión que la mayoría de la gente tiene del software ambas
compiten por el mismo espacio conceptual. La costumbre de hablar y pensar en
términos de «código abierto» constituye un obstáculo para comprender la
filosofía del movimiento del software libre y pensar en ella. Si la gente ya
ha empezado a asociarnos a nosotros y a nuestro software con la palabra
«abierto», es posible que tengamos que provocarles una conmoción intelectual
para que se den cuenta de que lo que nosotros propugnamos es <em>otra
cosa</em>. Toda actividad que promueve el término «abierto» tiende a tupir
el velo que oculta las ideas del movimiento del software libre.</p>

<p>Así pues, los activistas del software libre harán bien en negarse a
participar en actividades que se denominan «abiertas». Aunque la actividad
en sí misma sea positiva, toda contribución a la misma causará cierto daño
colateral al promover la idea del código abierto. Hay muchas otras buenas
actividades que se autodenominan «libres», y toda contribución a estos
proyectos aportará un pequeño beneficio adicional. Con tantos proyectos
útiles a elegir, ¿por qué no escoger uno que aporte mayor beneficio?</p>

<h3>Conclusión</h3>

<p>En una situación en la que los promotores del código abierto atraen nuevos
usuarios a nuestra comunidad, nosotros, los activistas del software libre,
tenemos que asumir la tarea de llevar su atención a la cuestión de la
libertad. Tenemos que decir más a menudo y más alto que nunca: «¡Es software
libre y te brinda libertad!». Cada vez que se dice «software libre» en lugar
de «código abierto» se está apoyando nuestra causa.</p>

</div>

<h4>Nota</h4>

<!-- The article is incomplete (#793776) as of 21st January 2013.
<p>

Joe Barr's article, 
<a href="http://www.itworld.com/LWD010523vcontrol4">&ldquo;Live and
let license,&rdquo;</a> gives his perspective on this issue.</p>
-->
<p>
En un <a
href="http://ocw.mit.edu/courses/sloan-school-of-management/15-352-managing-innovation-emerging-trends-spring-2005/readings/lakhaniwolf.pdf">ensayo
acerca de la motivación de los programadores de software libre</a> Lakhani y
Wolf sostienen que muchos de ellos están motivados por la idea de que el
software debe ser libre. Y eso a pesar de que llevaron a cabo la encuesta en
<cite>SourceForge</cite>, un sitio que no apoya la idea de que este es un
asunto ético.</p>

<div class="translators-notes">

<!--TRANSLATORS: Use space (SPC) as msgstr if you don't have notes.-->
<strong>Notas de traducción</strong> <br /> <br /> <a href="#TransNote1Home"
id="TransNote1">[1]</a>. En inglés el término «<cite>free</cite>» puede
significar «libre» o «gratuito». <br /> <a href="#TransNote2Home"
id="TransNote2">[2]</a>. En inglés la expresión «<cite>free software</cite>»
podría interpretarse como «software gratuito», pero esta ambigüedad no
existe en español.</div>
</div>

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<div id="footer">
<div class="unprintable">

<p>Envíe sus consultas acerca de la FSF y GNU a <a
href="mailto:gnu@gnu.org">&lt;gnu@gnu.org&gt;</a>. Existen también <a
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<p>

<!-- TRANSLATORS: Ignore the original text in this paragraph,
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<p>Esta página está bajo licencia <a rel="license"
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Commons Reconocimiento-SinObraDerivada 4.0 Internacional</a>.</p>

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<div class="translators-credits">

<!--TRANSLATORS: Use space (SPC) as msgstr if you don't want credits.-->
<strong>Traducción: Quiliro Ordóñez, 2008.</strong> Revisiones: Equipo de
traductores al español de GNU.</div>

<p class="unprintable"><!-- timestamp start -->
Última actualización:

$Date: 2021/03/10 12:01:34 $

<!-- timestamp end -->
</p>
</div>
</div>
</body>
</html>