summaryrefslogtreecommitdiff
path: root/talermerchantdemos/blog/articles/es/ebooks.html
blob: 19e967d8cea8eca0becaa2093eab334a7b44b42f (plain)
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
50
51
52
53
54
55
56
57
58
59
60
61
62
63
64
65
66
67
68
69
70
71
72
73
74
75
76
77
78
79
80
81
82
83
84
85
86
87
88
89
90
91
92
93
94
95
96
97
98
99
100
101
102
103
104
105
106
107
108
109
110
111
112
113
114
115
116
117
118
119
120
121
122
123
124
125
126
127
128
129
130
131
132
133
134
135
136
137
138
139
140
141
142
143
144
145
146
147
148
149
150
151
152
153
154
155
156
157
158
159
160
161
162
163
164
165
166
167
168
169
170
171
172
173
174
175
176
177
178
179
180
181
182
183
184
185
186
187
188
189
190
191
192
193
<!--#set var="ENGLISH_PAGE" value="/philosophy/ebooks.en.html" -->

<!--#include virtual="/server/header.es.html" -->
<!-- Parent-Version: 1.79 -->

<!-- This file is automatically generated by GNUnited Nations! -->
<title>Libros electrónicos: libertad o copyright - Proyecto GNU - Free Software
Foundation</title>

<!--#include virtual="/philosophy/po/ebooks.translist" -->
<!--#include virtual="/server/banner.es.html" -->
<h2>Libros electrónicos: libertad o copyright</h2>

<p>por <a href="http://www.stallman.org/"><strong>Richard Stallman</strong></a></p>

<p><em>Esta es una versión ligeramente modificada de un artículo publicado en
<cite>Technology Review</cite> en el año 2000.</em></p>

<div class="announcement">
<p>Otro artículo para leer sobre este tema: <a
href="/philosophy/ebooks-must-increase-freedom.html">Los libros electrónicos
deben aumentar nuestra libertad, no disminuirla</a>.</p>
</div>
<hr />

<p>Érase una vez, en la era de la imprenta, una norma industrial que se
estableció para abarcar el negocio de la escritura y de la publicación. Se
la llamó copyright. El propósito del copyright, establecido en la
constitución de los EE.&nbsp;UU., era «promover el progreso»; esto es,
fomentar la publicación. El método que se usó consistía en hacer que los
editores obtuviesen el permiso de los autores para poder publicar sus obras
más recientes.</p>

<p>Los lectores habituales tuvieron pocos motivos para oponerse, ya que el
copyright restringía sólo la publicación, no aquello que podía hacer el
lector. Si esto aumentaba ligeramente el precio de un libro, sólo se trataba
de dinero; no suponía ningún cambio en las costrumbres de los lectores. El
copyright proporcionaba un beneficio público, tal y como se pretendía, con
escasa molestia para el público. Por aquel entonces cumplió su cometido.</p>

<p>Luego llegó una nueva manera de distribuir la información: los ordenadores y
las redes. La ventaja de la tecnología digital es que facilita la copia y la
manipulación de la información, incluyendo software, grabaciones musicales y
libros. Las redes ofrecen la posibilidad de acceso ilimitado a todo tipo de
datos, un paraíso de la información.</p>

<p>Pero en el camino se interpuso un obstáculo: el copyright. Los lectores que
usaban sus ordenadores para compartir información publicada eran
técnicamente infractores del copyright. La situación mundial había cambiado:
lo que alguna vez fuera una norma industrial para los editores se había
convertido en una restricción para el público al que debía servir.</p>

<p>En un sistema de democracia real, una ley que prohíbe una actividad popular,
natural y útil, se vuelve normalmente más permisiva en poco tiempo. Pero el
poderoso grupo de presión de las editoriales se había propuesto evitar que
el público aprovechase la potencialidad de sus ordenadores y encontró en el
copyright un arma apropiada. Bajo su influencia, en vez de aumentar la
permisividad del copyright para adecuarse a las nuevas circunstancias, los
gobiernos lo hicieron aún más estricto, penalizando duramente a los lectores
que compartían.</p>

<p>Pero eso no fue todo. Los ordenadores pueden ser poderosas herramientas de
dominación cuando unos pocos controlan lo que hacen los ordenadores de otras
personas. Los editores se dieron cuenta de que forzando a la gente a usar
software especialmente diseñado para leer libros electrónicos podrían
obtener un poder sin precedentes: ¡podrían forzar a los lectores a pagar y a
identificarse cada vez que leyesen un libro! Este es el sueño de las
editoriales.</p>

<p>Así que convencieron al gobierno de EE.&nbsp;UU. para aprobar la «Ley del
copyright del milenio digital» (<abbr title="Digital Millennium Copyright
Act">DMCA</abbr>) de 1998, una ley que les otorgaba pleno poder legal sobre
prácticamente todo lo que un lector puede hacer con un libro
electrónico. Incluso leerlo sin autorización es un crimen.</p>

<p>Todavía tenemos las mismas libertades que antes para usar los libros
impresos, pero si los libros electrónicos acaban reemplazándolos esta
excepción servirá de poco. Con la «tinta electrónica», que hace posible
descargar nuevos textos a un papel aparentemente impreso, incluso los
periódicos pueden llegar a ser efímeros. Imagine: no habrá más librerías de
segunda mano, ni se podrá prestar libros a los amigos, ni pedir préstamos en
la biblioteca pública, no más «fugas» que puedan darle a alguien la
oportunidad de leer sin tener que pagar y &mdash;a juzgar por los anuncios
del <cite>Microsoft Reader</cite>&mdash;, no más compras anónimas de
libros. Este es el mundo que los editores tienen pensado para nosotros.</p>

<p>¿Por qué hay tan pocos debates públicos sobre estos cambios trascendentales?
La mayoría de los ciudadanos aún no ha tenido ocasión de plantearse las
implicaciones políticas que conlleva esta tecnología futurista. Además, al
público se lo ha adoctrinado para pensar que el copyright existe para
«proteger» a los titulares del copyright, lo cual implica que los intereses
públicos no importan.</p>

<p>Pero cuando los lectores empiecen a usar masivamente los libros electrónicos
y descubran el régimen que los editores han preparado para ellos, empezarán
a oponerse. La humanidad no aceptará este yugo para siempre.</p>

<p>Los editores quisieran hacernos creer que el copyright represivo es la única
manera de mantener el arte vivo, pero no necesitamos una «guerra contra la
copia» para promover la diversidad de obras publicadas. Como demostró el
grupo musical <cite>Grateful Dead</cite>, el hecho de que los admiradores
copien entre ellos no supone un problema para los artistas. Legalizando la
copia no comercial de libros electrónicos, podemos convertir de nuevo el
copyright en la norma industrial que una vez fue.</p>

<p>Para algunos tipos de obras escritas, tendríamos que ir incluso más
allá. Deberíamos alentar a todo el mundo a publicar textualmente en la red
sus trabajos académicos y monografías. Esto ayudaría a proteger los archivos
académicos a la vez que los haría más accesibles. En cuanto a los libros de
texto y a la mayoría de las obras de consulta, la publicación de versiones
modificadas también debería estar permitida, ya que esto alentaría a la
sociedad a mejorarlos.</p>

<p>Con el tiempo, cuando las redes de ordenadores proporcionen una forma
sencilla para enviar a alguien una pequeña cantidad de dinero, todos los
argumentos para restringir las copias literales desaparecerán. Si le gusta
un libro y aparece una ventana diciendo: «Haga clic aquí para enviar un
dólar al autor», ¿no lo haría usted? El copyright para libros y música, en
lo que se refiere a la distribución de copias no modificadas, quedará
totalmente obsoleto. ¡Y ya es hora!</p>

<blockquote class="announcement">
<p><a href="http://defectivebydesign.org/ebooks.html">Únase a nuestra lista de
distribución sobre los peligros de los libros electrónicos</a>.</p>
</blockquote>

<div class="translators-notes">

<!--TRANSLATORS: Use space (SPC) as msgstr if you don't have notes.-->
 </div>
</div>

<!-- for id="content", starts in the include above -->
<!--#include virtual="/server/footer.es.html" -->
<div id="footer">
<div class="unprintable">

<p>Envíe sus consultas acerca de la FSF y GNU a <a
href="mailto:gnu@gnu.org">&lt;gnu@gnu.org&gt;</a>. Existen también <a
href="/contact/">otros medios para contactar</a> con la FSF. <br /> Para
avisar de enlaces rotos y proponer otras correcciones o sugerencias,
diríjase a <a
href="mailto:webmasters@gnu.org">&lt;webmasters@gnu.org&gt;</a>.</p>

<p>
<!-- TRANSLATORS: Ignore the original text in this paragraph,
        replace it with the translation of these two:

        We work hard and do our best to provide accurate, good quality
        translations.  However, we are not exempt from imperfection.
        Please send your comments and general suggestions in this regard
        to <a href="mailto:web-translators@gnu.org">

        &lt;web-translators@gnu.org&gt;</a>.</p>

        <p>For information on coordinating and submitting translations of
        our web pages, see <a
        href="/server/standards/README.translations.html">Translations
        README</a>. -->
El equipo de traductores al español se esfuerza por ofrecer traducciones
fieles al original y de buena calidad, pero no estamos libres de cometer
errores.<br /> Envíe sus comentarios y sugerencias sobre las traducciones a
<a
href="mailto:web-translators@gnu.org">&lt;web-translators@gnu.org&gt;</a>.
</p><p>Consulte la <a href="/server/standards/README.translations.html">Guía
para las traducciones</a> para obtener información sobre la coordinación y
el envío de traducciones de las páginas de este sitio web.</p>
</div>

<p>Copyright &copy; 2000, 2016 Richard Stallman</p>

<p>Esta página está bajo licencia <a rel="license"
href="http://creativecommons.org/licenses/by-nd/4.0/deed.es_ES">Creative
Commons Reconocimiento-SinObraDerivada 4.0 Internacional</a>.</p>

<!--#include virtual="/server/bottom-notes.es.html" -->
<div class="translators-credits">

<!--TRANSLATORS: Use space (SPC) as msgstr if you don't want credits.-->
<strong>Traducción: AcidBorg, 2004.</strong> Revisión y formateo: Natalia
Alonso.</div>

<p class="unprintable"><!-- timestamp start -->
Última actualización:

$Date: 2020/01/15 12:36:18 $

<!-- timestamp end -->
</p>
</div>
</div>
</body>
</html>